A la hora establecida, nos encontraremos con nuestro guía en frente de la Oficina de turismo del municipio. Desde aquí, y a pie de ría iniciaremos nuestro recorrido por esta villa marinera, tan concurrida en verano y conocida por su gastronomía.
 
Recorreremos el paseo marítimo, desde donde podremos admirar el entorno de las marismas, donde las aguas dulces de los ríos Escudo y Garandilla se encuentran con las saladas aguas del Mar Cantábrico. Un espectáculo para la vista que las mareas tapan y destapan a capricho. Al fondo, el señorial puente de la Maza del siglo XV que sigue casi intacto y constituye uno de los principales accesos a San Vicente.
 
Seguiremos nuestra ruta hacia el casco histórico, que erguido como si fuera un castillo medieval, se sitúa en lo alto de una colina rodeado de un inmenso foso de agua. Visita obligatoria si se quiere conocer mejor el origen e historia de este pueblo.
 
Accederemos al casco histórico por uno de los principales accesos que nos ha quedado de su muralla. Adosado encontraremos la Torre del Presboste, un torreón que pertenecía antaño al recaudador de impuestos de la Villa, y frente a ella nos encontramos con el actual edificio donde se encuentra el Ayuntamiento. Este edificio histórico del siglo XVI, conocido como Palacio de los Corro, fue en realidad residencia del que fuera en época el hombre más poderoso de la villa.
 
Llegando a la cumbre de la ascensión por la Calle Alta, nos encontramos con las ruinas del Hospital de la Concepción, que también fuera alberque de peregrinos en su camino hacia Santiago de Compostela o al Monasterio de Santo Toribio de Liébana.
 
Coronando el casco histórico nos encontramos con la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles. Este templo de estilo gótico encargado por el rey Alfonso VII, constituye un elemento más de la fortificación de la villa. Allí realizaremos una visita al templo, del que destaca su espectacular mausoleo renacentista. 
 
Ante de iniciar nuestra ruta de descenso por la Calle Alta hacia el Puente de la Barquera, aprovecharemos para tomar las últimas panorámicas de las vistas que nos regala este balcón que se asoma a la ría, las verdes praderas y las cumbres al fondo de los Picos de Europa. A medio camino de esta calle empinada y empedrada, se encuentra el Castillo del Rey  del siglo XIII. Un edificio restaurado en 1990 y transformado en sala de exposiciones, pero que mantiene la estructura del edificio original. ¡Os encantarán las vistas desde el Castillo!
 
Proseguiremos nuestro camino de descenso hasta el puente de San Vicente, donde haremos el último tramo atravesando la concurrida avenida de Soportales y sus restaurantes hasta llegar al punto de inicio de la ruta